Con el propósito de conservar y proteger un auténtico santuario natural de las costas del norte de Chile, se crearon nuevos refugios para proteger la vida marina.ayudaran a recuperar las poblaciones, hoy diezmadas, de jureles y atunes. También garantizan un desplazamiento migratorio seguro a aves, peces, tortugas y ballenas.
Altos grados de endemismo, gran riqueza de biomasa de invertebrados, peces y algas, incluyendo varios de interés comercial como la albacora y el jurel; sitios de anidación de aves marinas, presencia de montes submarinos y de especies en estado vulnerable o francamente amenazadas de extinción.
Esas son algunas de las características que comparten las dos nuevas zonas de áreas marinas protegidas creadas por Chile en Islas Desventuradas (San Félix y San Ambrosio) y el archipiélago de Juan Fernández, y a la que se espera sumar una cuarta, en el entorno de Rapa Nui, en 2016.
No es sencillo visitarlas. En el caso del nuevo parque Nazca-Desventuradas, situado a más de 400 kilómetros de la costa chilena, el mejor reporte lo obtuvo una expedición de National Geographic y Oceana, en el que los buzos solo pudieron llegar hasta los 40 metros de profundidad.
Para obtener la información más valiosa de las especies que viven en los montes submarinos debieron emplear un minisubmarino tripulado, que descendió hasta los 406 metros, y cámaras autónomas (que se arrojan y luego retiran), que lograron imágenes hasta los 2.300 metros de profundidad.
Así lograron identificar 59 variedades de peces de aguas profundas, incluyendo las de 10 especies potencialmente nuevas para la ciencia, y otras muy raras, como un tiburón negro espinoso y una población de langostas enanas.
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