Cada Región del país tiene su propio destino turístico y para ello genera un plan de desarrollo en donde algunas variables importantes donde deben enfocar los esfuerzos de promoción y mercado.
Una vez que tengamos claras esas variables, y otras que se propongan, en la estrategia de investigación de mercado es cuando realmente se puede entrar a diseñar un plan de promoción/marketing turístico coherente que pueda ser medido cualitativa y cuantitativamente.
Además, es imperativo que tanto dirigentes del sector turístico como empresarios y la administración pública de la localidad tengan claras y unificadas las directrices de la promoción/mercadeo y organización del destino, para que así realmente las inversiones en promoción/mercadeo puedan ser consideradas como “inversión” y no como “gasto” (resulta curioso que en la contabilidad de algunas empresas se considere la promoción como “gasto” y no como inversión cuyo retorno debe ser medido).
Un destino que invierte en su propia imagen de forma unificada, planificada y siguiendo un plan consensuado por todos los actores locales; tiene asegurado un éxito rotundo. Esto, ya que tanto turistas como operadores y agentes de viajes “sienten” que el destino es amigable y tiene claro el camino que quiere andar. El gasto finalmente será del turista que arribe al este destino. Y este gastará con gusto en un lugar ¡que se ha preparado para atenderlo!
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