El proyecto partirá durante el segundo semestre de 2016, a lo que se sumarán planes de restauración, en ambas salitreras, en una primera fase.
En Chacabuco, ubicada casi a medio camino entre Antofagasta y Calama, las primeras obras partirán este mes. Estas incluirán la reconstrucción de su filarmónica, declarada monumento histórico en 1971, que cuenta con un fondo de $236 millones aportados en partes iguales por el Gobierno y la corporación a cargo de mantener y operar como atractivo turístico la oficina.
En su apogeo llegó a tener mil habitantes, pero en 1940 cerró sus puertas y cinco años más tarde fue desmantelada por la misma compañía que la operó.
Junto a la reconstrucción de la filarmónica, que hoy solo mantiene su fachada, se habilitará una sala de exposiciones permanentes, con espacios destinados a eventos como seminarios o conferencias, además de la recuperación de la fachada del teatro -el único edificio que se mantiene intacto-, las sillas de dicha estructura y la plaza principal.
El teatro y la filarmónica, ambos ubicados en el centro de la antigua oficina, son dos de los principales atractivos del lugar construido en 1922, a 98 kilómetros de Antofagasta.
Claudio Ostria, arquitecto a cargo del diseño del proyecto, precisa que “la filarmónica es un edificio que fue reconstruido, porque la antigua estructura se derrumbó en 1994, pero en dicho proceso no consideró su habilitación interior”.
Más al norte, unos 100 kilómetros al este de Tocopilla y 160 kilómetros al noreste de Antofagasta, en el denominado Llano de la Paciencia, está ubicada Pedro de Valdivia. En ese apartado sector del desierto operaban trece salitreras.
Esa ex localidad y enclave productivo, inaugurado en 1931, hoy está abandonado, pero en junio de 2016 volvería a abrir sus puertas.
Jorge Godoy, alcalde de María Elena, comuna con la única oficina salitrera operativa del mundo, anuncia que se está gestionado con SQM el traspaso de la propiedad al municipio, o a la corporación que tiene el mismo nombre.
Discussion about this post