Puerto Octay es un pueblito ubicado al borde del Lago Llanquihue, en la Región de los Lagos. Es una de las paradas obligadas cuando uno anda por esos lados, antes de pasar por Frutillar y Puerto Varas. Parece que el tiempo aquí se detuvo en algún momento, no sé cuándo. Las antiquísimas casas de madera adornan la escena en un pueblo fantasma. Pero en lugar de miedo lo que transmite este lugar es mucha tranquilidad y plenitud. Se siente como que, estando aquí, no necesitaras de nada más que una buena sombra para protegerte del sol y un trozo de exquisito queso local.
Dos de los volcanes más pintorescos de Chile, el Osorno y el Puntiagudo, se encargan de custodiar la bella ciudad de Puerto Octay, que descansa junto a la bahía del lago Llanquihue y la península Centinela.
Caminar por la ciudad y descubrirla a través de sus negocios típicos permite conocer vestigios de la colonización alemana, que se ubicó no solo en esta ciudad sino en todas las orillas del hermoso lago Llanquihué.
Puerto Octay fue uno de los puertos más importantes de pasajeros y carga de toda la Región de los Lagos chileno y una de las principales conexiones de Puerto Montt con el resto de las ciudades de Chile.
En los últimos años ha logrado ser meta de un gran número de visitantes que provienen no solo de Chile sino también de países limítrofes y que llegan hasta aquí buscando relax y increíbles paisajes para desarrollar distintas actividades.
Las playas del lago son protagonistas de esta ciudad. Se destacan La Baja, Maitén y la península Centinela, que durante el verano es una de las más visitadas para practicar actividades recreativas.
Puerto Octay es una de las ciudades chilenas de la Región de los Lagos que día a día va ganando seguidores.
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