“Es mi primera vez aquí, pero ya quisiera regresar todos los años”, fueron las palabras que François López Ferrer, conductor asistente de la Orquesta Sinfónica de Chile, le dirigió a los cerca de 1.200 espectadores del primer concierto que realizó la orquesta durante la 48° versión de las Semanas Musicales de Frutillar. De madre cubana y padre español, nacido en Suiza y educado en Estados Unidos, este director de 25 años cuenta que está encantado con Frutillar y también con el Teatro del Lago, que hasta ahora no conocía. En entrevista junto con Alberto Dourthé, uno de los concertinos de la orquesta, asegura que este es uno de los mejores teatros en los que ha tocado. “¿Y a cuál se parece?” le pregunta Dourthé, sentado junto a él tras uno de sus ensayos diarios. “Al teatro de Lucerna (Suiza)”, le responde López Ferrer, y agrega que la acústica en ambos es “tremenda”.
Junto con el resto de la orquesta, ambos músicos ya han tenido dos presentaciones en las Semanas Musicales, ambas agotadas: una el lunes 1 y otra el miércoles 3 de febrero. Su último concierto, fijado para hoy a las 20.15 horas – también agotado- será el cierre del ciclo que se viene realizando desde el pasado 27 de enero. Noches italianas se denomina el programa para esta jornada, que hará un recorrido por algunos infaltables de la ópera italiana con piezas de Verdi, Puccini, Mascagni y Leoncavallo. “Lo que me encanta de la música italiana, sobre todo la ópera, es que es súper exagerada, ese melodramatismo es impresionante. A quién se le ocurriría componer una pieza sobre un payaso que tiene celos, es algo extraordinario”, comenta López Ferrer. “Y qué emocionalidad hay en esa ópera que va a cantar José Azócar… es sublime”, agrega Dourthé, refiriéndose a I Pagliacci, cuya aria Vesti la giubba será interpretada esta noche por el tenor chileno. Junto a él también cantarán fragmentos de óperas como Madama Butterfly, Tosca y Aida, la soprano Paulina González y el Coro Sinfónico de la Universidad de Chile, dirigido por Juan Pablo Villarroel.
Han sido 10 días en que la música ha invadido Frutillar, con 31 conciertos de los cuales 9 agotaron butacas. El buen clima acompañó a los músicos y hubo -según datos de la organización- cerca de 14.500 asistentes, 2.500 más que en 2015. “El año pasado nosotros pensábamos que ya habíamos llegado a la meta máxima. Pero ahora hay espectadores jóvenes que regresaron”, dice Claudia Tejeda, coordinadora de las Semanas Musicales.
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