A dos horas de Talca, su exclusivo microclima y la amable dedicación de su gente, hacen sentir la calidez y suavidad de esta ‘montaña de plumas’.
Largas playas de arena negra, amplios cultivos de sabrosas papayas y auténticos telares de mantas y frazadas, son algunos de los tradicionales obsequios que esta zona tiene para sentidos; una delicia en artesanías y degustación que alcanza su cúspide en la singular fiesta religiosa de las ‘Cármenes’ cada 16 de julio; también durante el alegre ‘Festival de la Papaya’ la segunda semana de enero en Playa Linda.
Así es Lipimávida, invierno o verano no importa. Su encanto se deja sentir en cada estación ¡Ven a vivirlo!
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