San Juan de Piche está enclavado en el corazón de la cordillera de la costa, poblado curiosamente oculto para esconder sus riquezas minerales. Así fue curiosamente destinado protegiéndolo de los intrusos ya que no solo se caracteriza por tener vetas auríferas sino también una beldad en sus llamativos bosques.
Piche está enclavado dentro de una gran cantidad de cajones cordilleranos y estos durante miles de años han formado uno de los sotobosques más hermosos de la región metropolitana en el cual se observa la transición de zonas de bosques esclerófilos y las frondosas forestas del sur de Chile.
El 19 de julio del 2013 este lugar fue declarado santuario de la naturaleza debido a la enorme biodiversidad que se encuentra en el lugar caracterizándolos de los demás por ser un sitio prioritario para la conservación de la su flora, fauna y fingu.
El santuario presenta en el área ecosistemas únicos además de grandes zonas de vegetación no intervenidas y que han permitido la formación de diversos hábitats destacando entre ellos los bosques esclerófilos mediterráneos costeros de Peumos, Boldos, Avellanita, Palma Chilena, Lingue del Norte, Huillipatagua y los bosques de tipo caducifólio entre los cuales destacan el Hualo y Roble de Santiago.
En síntesis el santuario es uno de los pocos lugares que mantiene bosques relictos de lo que fue la flora hace cientos de años en la zona central de chile, sobre todo en la capital. Conocer estos lugares es entrar a un mundo lleno de bosques con vistas que de verdad sorprenden. En días despejados se puede tener una apreciación de distancia de más de 250 kms.
Fuente: Chilehike
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