Unos 11 kilómetros al Norte de Caldera y a sólo uno de la Ruta 5, se encuentra un lugar único en todo el planeta, por su ubicación y concentración: el campo de rocas orbiculares costeras, algunas levantándose sobre la arena y otras sobre la rompiente de las olas, con un maravilloso diseño pétreo que realmente parecería una creación divina. Aunque ya ha sido incluido en iniciativas como la Ruta Patrimonial Litoral Atacama (de Caldera Chañaral), bien implementado y promovido este sitio podría ser uno de los atractivos más importantes y famosos de toda la región; mas, me consta que aún muchos de los propios habitantes de Atacama las desconocen.
Las rocas de granitos orbiculares, llamadas también orbiculitas, son un material natural originado por procesos magmáticos profundos con enfriamiento gradual y formación paulatina de cristales, que da origen a esta categoría rocas llamadas plutónicas. Este fenómeno geológico hizo que el granito acumule “orbículos” o núcleos esferolíticos de crecimiento concéntrico, con más materia mineral en su estructura, creando un patrón petrográfico que, en el caso de las rocas de Caldera, les ha valido el apodo de “rocas con ojos” y comparaciones con el aspecto del pelaje de un jarguar.
Es un fenómeno sumamente excepcional: la mayoría de las rocas orbiculares que se conocen, además de ser quizás más bellas, están en Finlandia. Existen otros casos conocidos como el de Mount Magnet en Australia, Oliveira de Hospital en Portugal, Karamea en Nueva Zealanda, Tsukuba en Japón y Concordia-Namaqualand en Sudáfrica. Incluso se sabe de formaciones de este tipo en murallones graníticos de la Antártica.
Al contrario de lo que muchas veces se ha asegurado con relación al caso de Caldera en Chile, estos no son los únicos grannitos orbiculares de América del Sur: desde los años sesenta, aproximadamente, se tiene confirmada su existencia también en la Provincia de Córdoba, Argentina, pero no creo errar en decir que el patrón natural de diseño y de ordenamiento de las chilenas parece ser mucho más interesante y espectacular, con el perdón del pueblo argentino. He leído algo también sobre un hallazgo de estas mismas rocas en Huaraz, Perú, hacia mediados del siglo pasado.
Fuente: Urbatorium
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