Saliendo de Antofagasta hacia el Norte, luego de visitar La Portada, el próximo destino imperdible es Juan López, un pequeño vestigio de lo que alguna vez fue el norte de Chile.
Luego de dejar atrás la belleza de La Portada, el camino invita, tras decenas de curvas y pendientes, a ganar la altura suficiente para apreciar la belleza del océano Pacífico. Allí, prácticamente a la altura de las saladas aguas del mar aparece un cartel vial que dice: “Bienvenidos a Juan López”.
Nombre y apellido simples, pero encantadores a la vez. “¿Y quién fue el tal Juan López?” se preguntará el lector. La historia cuenta que Juan López, alias el “Chango” López, fue el primer habitante chileno que hizo patria en este territorio, por entonces boliviano. Sus tareas iban desde la recolección del guano hasta el desarrollo de las primeras exploraciones mineras de cobre. Juan López comenzó a explorar esta zona en 1845 y recién años más tarde se instaló con toda su familia para ya radicarse definitivamente en la región. Fue en 1862 cuando solicitó a las autoridades bolivianas una merced de tierras para desarrollarlas y hacerlas productivas. La pesca, como necesidad diaria, fue fundamental en el desarrollo tanto de la explotación guanera como de las primeras explotaciones mineras.
Toda la bahía de Antofagasta pasó a tener pequeñas comunidades y caletas pesqueras donde sus habitantes comenzaban a desarrollarse con sus familias. Lo que hoy es el balneario Juan López, en aquellos tiempos de otro nombre, no pudo escapar tampoco a esta historia.
Por tener forma de herradura, el balneario está protegido del viento y sus aguas son tranquilas. Con su costa desértica, presenta playas de arena gris y muy fina que dan la bienvenida a un gran número de visitantes cada verano.
Fuente: Welcome Chile
Discussion about this post