1- Castillo de Agua Clara
Ubicado en el sector de Placilla en la Sexta Región. Construido por Alejandro Caerols, músico y dueño del fundo, muchos lo apodan el “castillo escondido”, dada su aislada ubicación y por el hecho de que son pocos los turistas que han tenido la suerte de conocerlo.
Y es que su dueño ha optado por no darle difusión, más allá de unos esporádicos tours que organiza directamente con hoteles de la zona. En dichos tours, realizados de noche, los visitantes presencian al mago Merlín asomándose por uno de los torreones, y a peleas medievales realizadas por actores a la luz de una fogata y con música de gaitas de fondo.
2- Castillo Lihueimo
No muy lejos de Agua Clara, en la comuna de Peralillo, se ubica el Castillo Lihueimo. Construido a comienzos del siglo XX por la familia Errázuriz, consta de veinte habitaciones y es la casa principal del fundo. Acercarse a tomar fotos es relativamente fácil.
3- Castillo Butrón
Es el más conocido de los tres. Ubicado en el Barrio Centenario en Rancagua, y construido en el siglo XIX, son muchas las leyendas que rondan en torno a él. La más conocida es que la familia Butrón hizo un pacto con el Diablo para sacar adelante sus viñedos. Con dicha fortuna pudieron comprar el castillo en 1933.
Se dice que en el torreón estaría encerrado el mismísimo señor Butrón, quien quedó deformado tras vender su alma al diablo e incapacitado para salir a la luz del sol. Otros afirman que es el mismísimo Diablo quien vive encadenado dentro del torreón.
En torno a los jardines, también se dice que se ven cosas extrañas de noche. Incluso hay quienes cuentan que, en una de las bodegas que rodean la casona, se guardan cadáveres en sacos. Estos cuerpos serían de quienes alguna vez osaron meterse en la propiedad sin permiso.
Fuente: El Rancahuaso
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