Las gestiones para que se otorgara el status de Monumento Histórico a esta obra de arquitectura la realizó el antropólogo e investigador Mauricio Osorio Pefaur. El Paso San Carlos se encuentra entre 26 a 107 metros de altura sobre el río Baker, en un acantilado de unos 590 metros de altitud. La longitud total del paso es de 644,67 metros y se emplaza en la ribera sur del río Baker.
En el Paso San Carlos, se reconocen 4 sectores o tramos; el denominado “Paso San Carlos”, en las laderas del Cerro San Carlos y puerto del mismo nombre, utilizado por primera vez por Ricardo Michell en 1901; el Paso Lucas Bridge, usado a mediados de los años 20, que alude al empresario ganadero de ese nombre quien mejoró la senda; El Túnel, correspondiente al existente hacia el súper poniente que marca el límite y la Garganta del Diablo, nombre utilizado por Francisco Campos Menéndez para describir el sitio y uso que de él se hacía en 1928.
Es representativo de un momento en las políticas del Estado de reconocer y valorar su territorio en litigio antes del Laudo Arbitral de 1902, en especial, en la zona austral del país, donde los accidentes geográficos y las inclemencias climáticas son muy extremos. La primera exploración de esta área ya había sido realizada algunos años antes por Hans Steffen en 1898, logrando remontar el río Baker hasta el mismo sector denominado el Saltón, llegando hasta la zona de estepa. Esta forma de reconocer el territorio nacional es propia y única de ese momento, con los instrumentales e infraestructura que se disponían a principios del siglo XX, y da cuenta del mérito y trabajo que significó y de su suma relevancia en la historia de la ingeniería de caminos en la Región de Aysén.
El ingeniero Ricardo Michell trabajó junto a sus hombres, para abrir un paso que comunicara el curso inferior del río Baker, posible de transitar con embarcaciones, con el Puerto San Carlos y las secciones media y alta del mismo río, transitables por tierra, estableciendo así una vía de comunicación directa dentro del territorio chileno.
Se trata de un paisaje accidentado, producido por la cuenca o cajón del río Baker, ambiente que se compone de una gran biodiversidad de flora y fauna, propia de esta latitud en el país. La geomorfología de la comuna está dada por la Cordillera Patagónica, con una nueva acción glacial y depositaria del Campo de Hielo Norte, cuyas lenguas orientales alimentan una serie de tributarios del río Baker, uno de los sistemas hídricos más importantes del país.
El bien representa en su totalidad un modo específico de construir caminos hacia principios del siglo XX, en zonas no exploradas con anterioridad. La ingeniería aplicada, el cálculo en terreno para tronar la roca, los resultados fortuitos que pueden lograrse y finalmente la huella abierta y practicable en peligrosos sectores acantilados, son muestras de una etapa necesaria en el avance del poblamiento del territorio sur de Aysén. Posee tramos con barandas de protección metálicas y de madera, postes y un puente de madera en regular estado de conservación, cornisa o techo de roca, y la roca viva como pavimento de una huella entre 1 y 2 metros de ancho en promedio, además de variadas conformaciones naturales apoyadas por árboles y arbustos.
Fuente: Carretera Austral
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