La quebrada de Huatacondo, donde se emplaza el pueblo homónimo (2.300 msnm), forma parte de un sistema de quebradas que desciende en dirección Este-Oeste hacia la Pampa del Tamarugal, en el sector sur de la Región de Tarapacá. Este conjunto de quebradas constituye el eje del territorio de la Comunidad Indígena Quechua de Huatacondo, cuya extensión abarca desde la Apacheta Huaylla en el Noreste hasta las quebradas de Chomache, Quebrada de los Guatacondinos y Guanillos en la costa, abarcando parte del Salar de Llamara (Puquio de los Huatacondos), sectores de las comunas de Pica y Pozo Almonte, y una parte de la Región de Antofagasta.
A partir de la década de los noventa se inicia un fuerte proceso de alteración ambiental en el territorio, debido al impacto de las minas Collahuasi y Teck Quebrada Blanca. Ambas minas se emplazan directamente en la cabecera de las quebradas de Huatacondo y Manin, pocos kilómetros aguas arriba del pueblo de Huatacondo, ocasionando daños irreparables, tanto al patrimonio natural como cultural de la Comunidad Indígena Quechua de Huatacondo.
En este contexto, la comunidad ha decidido defender y resguardar su territorio para las generaciones futuras, desarrollando estudios independientes e implementando medidas de conservación y protección ambiental y patrimonial, contando con el apoyo de la Fundación Desierto de Atacama.
Durante el año 2014 realizamos un estudio de Línea de Base de Medio Humanoindependiente para la comunidad, en el que se consigna una síntesis de la arqueología e historia Huatacondo y una descripción del contexto y los procesos sociales actuales. A partir de esta fructífera experiencia, ambas partes suscribimos a contar del año 2015 un convenio de trabajo que contempla lo siguiente:
- Elaboración de estudio para la comunidad denominado “Plan de Catastro Patrimonial y Puesta en Valor de la Quebrada de Manin, Comunidad de Huatacondo”, según convenio de la Comunidad Indígena Quechua de Huatacondo y la Minera Teck Quebrada Blanca.
- Investigación arqueológica y antropológica referida al patrón de uso de tierras altas, comprendiendo elementos estancieros y mineros.
- Estudio arqueológico de los caseríos y poblados del territorio de Huatacondo.
- Investigación histórica sobre Huatacondo y su territorio.
- Sistematización de la información arqueológica y antropológica que la CIQH requiera para la inscripción de su territorio indígena.
- Asesoría en temas patrimoniales de Plan Marco de Desarrollo de la CIQH.
La arqueología, antropología e historia atestiguan una excepcional capacidad de adaptación de parte de los habitantes de Huatacondo a su medioambiente a través de los siglos, gracias a la complementación de actividades tales como el pastoreo, la agricultura, la caza, la pirquinería, la extracción de guano y el comercio a distancia. Cada una de estas actividades se intercalaban de manera estacional y a través de la ocupación de diversos pisos ecológicos: Costa, Pampa, Quebradas Piemontanas y Alta Puna.
Como resultado de ello, en el territorio de la Comunidad Indígena Quechua de Huatacondo encontramos algunos de los sitios arqueológicos más importantes del país. Uno de ellos es el asentamiento más antiguo conocido para el norte de Chile, Quebrada de Maní 12 (fechado entre 11.900 y 12.700 AP), entre otros sitios de una larga lista de gran valor patrimonial. Entre ellos destacan las aldeas prehispánicas de Ramaditas y de Guatacondo (“Ciudad Pérdida”), correspondientes al Periodo Formativo con un origen cercano a los 3.000 años, aunque con una mayor intensidad entre el 300 a.C. y el 100 d.C. Integradas por múltiples conjuntos arquitectónicos, sus recintos circulares aglomerados, semi-subterráneos y con una plaza central muestran una importante inversión constructiva y presentan espacios bien diferenciados para el ámbito doméstico y público.
También cabe destacar el sistema de poblados agrícolas que se consolida en tiempos prehispánicos más tardíos (siglo X DC en adelante) en las quebradas piemontanas de Huatacondo, entre los que se cuentan Cahuiza (Quebrada Cahuiza), Chipana (Qda. Chipana), Majala (Qda. Majala), Capona (Qda. Manin) y Quehuita (Qda. Sipuca), desde donde se accede al espacio pastoril (Alta Puna) y pirquinería en el distrito de Collahuasi y Challacollo. En la misma época se popularizan los geoglifos y petroglifos en la región, que se asocian con los sistemas de senderos que conectaban todo el espacio surandino, como los que se encuentran en la Quebrada Los Pintados, Tamentica, Cerro Challacollito y diseminados por toda la pampa huatacondina.
Otras áreas de interés en Huatacondo son los sitios paleontológicos “Huella de Dinosaurio” y “Valle de los Dinosauros”, y la belleza natural de las Cascadas Petrificadas.
Todo lo anterior se ve coronado por una profusa actividad cultural que se proyecta hasta el presente y en la que destaca una rica tradición festiva y ceremonial. Algunas de las celebraciones vivas de esta localidad son las fiestas religiosas de la Virgen de la Asunción o Mama Asunta, tradición que data de 1670; la Cruz de Mayo, la Semana Santa, el Carnaval y el culto a la Tierra.
Fuente: Fundación Desierto de Atacama
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