El Museo de la Exploración Rudolph Amandus Philippi se fundó el año 2006 en la Casa Schüller. El inmueble fue construida el año 1914 en el sector sur de la Isla Teja enfrentando el río Calle-Calle. La arquitectura expresa el tránsito al nuevo siglo, cuando las audaces líneas del Jugendstiel imprimen su sello a sectores destacados de la población. Esta vivienda familiar, -de 320 m2, dos plantas y un zócalo en concreto- fue habitada por la familia Schüller. Finalmente la adquirió el Sr. Carlos Azocar Bustamante quien donó el inmueble al proyecto del Museo Philippi.
La casa, distante de su actual emplazamiento unos 3 km, fue cuidadosamente desarmada en partes y trasladada para ser rearmada en el lugar que hoy ocupa. El proyecto arquitectónico de recuperación de esta casa patrimonial de Valdivia estuvo liderado por los arquitectos Sofía Sanfuentes y Gabriel Guarda O.S.B.
Desarrollo del proyecto arquitectónico
La obra de desarme y rearmado de la casa Schüller fue un acucioso trabajo organizado en distintas etapas, en las que participaron entusiastas y comprometidos constructores, calculistas, carpinteros, pintores y diversos maestros con sus respectivos oficios.
La primera etapa se compuso del registro y documentación arquitectónica que incluyó levantamiento, croquis, registro fotográfico y audiovisual. Todos los elementos materiales con que se levantó la vivienda fueron numerados en forma seriada, -para lograr luego armarla como si fuera un gigantesco Lego-, y se transcribieron a los planos de levantamiento arquitectónico. Las piezas numeradas alcanzaron las 80.000 unidades.
Con posterioridad se inició la fase de desarme de la casa. Los materiales se agruparon en paquetes marcados y fueron almacenados en una bodega. El armado de la casa se inició con el trazado de cimientos y sobrecimientos, lo que debió realizarse con mucha precisión para ser fieles a las formas originales y permitir que cada pieza calzara en su lugar. La estructura de la vivienda se levantó con rapidez y luego se colocó la cubierta de techos, forros exteriores, pisos interiores, puertas y ventanas. Las piezas dañadas fueron remplazadas y la totalidad de las maderas fumigadas. La casa se pintó por el exterior, respetando los colores originales identificados mediante un estudio de conservación y en su interior, para dar cobijo al museo.
Fuente: Museo Austral
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