El siglo y medio de existencia del principal templo católico de la Capital Regional, será dignamente celebrado el 9 de agosto venidero, con la presentación del libro “150 años de la Catedral de Puerto Montt”.
Se trata, a no dudarlo, de un acontecimiento muy especial en la vida puertomontina, por cuanto la referida Catedral es el más antiguo patrimonio histórico-religioso-cultural de Puerto Montt, cuya primera piedra de construcción se remonta a 1856, apenas tres años después de la fundación de Melipulli en uno de los cabezales de la Plaza de Armas que en nuestros días se mantiene en el mismo pretérito lugar.
Es, por lo tanto, este recinto religioso un sagrado bastión de fe y esperanza desde aquellos tiempos fundacionales de la ciudad, para todos quienes la han habitado, y lo siguen haciendo, entre las cuatro colinas que circundan nuestro pujante terruño.
En vísperas de este suceso conmemorativo, el Arzobispo de Puerto Montt, Monseñor Cristián Caro Cordero, ha enfatizado sus agradecimientos a todas las personas e instituciones que han colaborado en la restauración de la Iglesia Catedral, ya sea a través de sus oraciones, trabajos o aportes en dinero y materiales. “La Casa de Dios, con su larga historia -ha dicho el prelado- luce dignamente acogiendo a todos para la oración personal y el culto litúrgico”, además de instar a proseguir cooperando en favor del mantenimiento y reparación continua del principal templo local dedicado a Nuestra Señora del Carmen.
Se recuerda que la Catedral es el centro de la vida litúrgica de la hoy Arquidiócesis y, a la vez, testigo privilegiado de la vida de la Iglesia en particular, puesto que en ella tiene su sede el Arzobispo. Y, al mismo tiempo, es un importante referente de la historia de Puerto Montt, de los sucesos más significativos y de sus protagonistas más abnegados y generosos.
En lo que respecta al libro con la historia de la Catedral, se ha adelantado que describe detalladamente su construcción, los principales eventos históricos y religiosos, y su descripción arquitectónica.
También se consignan las diversas restauraciones a que se ha sometido el añoso, pero optimizado, edificio. Reparaciones que datan desde 1941, siendo obispo Monseñor Ramón Munita; luego, en mayo de 1960, después del terremoto, con Monseñor Alberto Rencoret; en 1976, con Monseñor Eladio Vicuña, y en la actualidad con Monseñor Cristián Caro, tras una prolongada campaña liderada por una comisión especial de trabajo que encabezó el propio Pastor Arquidiocesano.
Conviene no olvidar, a la hora de los recuentos históricos de Puerto Montt, que uno de los testigos más fieles de su devenir y el que más ha iluminado su esforzado andar, con los rayos de la fe cristiana, ha sido precisamente su Catedral. Desde la que han emanado las mejores bendiciones para permanecer unidos en torno a ideales comunes de superación integral.
Fuente: El Lanquihue
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