En pleno Parque Forestal en la ciudad de Santiago de Chile existe una mansión, que por su estilo y arquitectura, llama la atención de quienes caminan por el lugar, es el Palacio Bruna.
Ubicada en calle Merced 230, de la capital de Chile, se encuentra el Palacio Bruna, una gran mansión estilo renacimiento italiano, encargada al arquitecto chileno Julio Bertrand en el año 1916 por Augusto Bruna, un acaudalado empresario salitrero.
Si bien inicialmente las obras estuvieron a cargo de Bertrand, tras su muerte producto de la tuberculosis, estas luego pasaron a manos del también arquitecto chileno Pedro Prado, quien finalizó la mansión en 1921. Lamentablemente la familia Bruna nunca habitó la mansión, pues el término de ésta coincidió con la gran crisis de la industria salitrera, por lo que se vieron obligados a venderla.
Más tarde, en el año 1939, la mansión fue adquirida por la Embajada de Estados Unidos para ser utilizada como residencia del embajador. Posteriormente en 1962, el Palacio Bruna fue utilizado como sede del consulado estadounidense. Actualmente el palacio funciona como sede de la Cámara Nacional de Comercio de Chile, quienes adquirieron el inmueble en 1995 y lo restauraron.
El Palacio Bruna cuenta con tres niveles y numerosas terrazas, de las cuales la mayoría se encuentra en dirección al norte con el Parque Forestal al frente. Su interior en tanto no es menos asombroso, pues destacan numerosos salones, pisos de finas maderas importadas desde Europa y placas de mármol verde y negro que decoran los muros y las escaleras que llevan al segundo piso.
Fuente: Travel Houndy
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