Endémica de Chile, el copihue (lapageria rosea) es una planta enredadera posible de encontrar en los bosques templados de la zona centro y sur del país, pues crece en suelos húmedos y florece entre los meses de febrero y julio. El copihue es junto al huemul, el cóndor, el escudo y la bandera, uno de los símbolos patrios de Chile, es más el 24 de febrero de 1977 fue declarada oficialmente como flor nacional.
Su nombre proviene del mapudungún kopiwe, que significa “estar boca abajo”, nace de una planta enredadera que incluso puede alcanzar los 10 metros de altura, encaramándose en los árboles del bosque. Las hojas de la planta de copihue son de un color verde oscuro, en tanto que la flor puede medir hasta 10 centímetros y se encuentra compuesta por seis pétalos, los que dan la reconocida forma de campana de esta bella flor nacional.
Si bien el más conocido y tradicional es el copihue de color rojo, existen 25 variedades entre silvestres y cultivadas, siendo en las variedades silvestres en las que predomina el rojo rosáceo, en tanto que en las especies cultivadas es posible encontrar una variedad de colores que va desde el blanco inmaculado hasta el rojo sangre.
En la naturaleza se puede encontrar de diversos tonos de rojo, pues el color de la flor cambia de acuerdo a la temperatura ambiente y la intensidad de la luz, así también es posible encontrar aunque en menor cantidad copihues blancos y rosados. Algo que se desconoce del copihue es que también produce frutos, los que tienen forma de baya y son comestibles, con un sabor dulce y refrescante.
El copihue ha inspirado leyendas, cuentos, poemas y canciones. Una de las leyendas que se cuenta en torno a esta flor está relacionada con la Guerra de Arauco, pues se dice que las mujeres de los weichafes (guerreros) trepaban hasta la cima de los árboles más altos para divisar a sus familiares y ver como se encontraban, al ver la muerte reinante en el campo de batalla bajaban de los árboles llorando lágrimas de sangre, las que más tarde se convertirían en flores de copihue como recuerdo a quienes habían perecido en la batalla.
Otra de las historias narra la existencia de un wekufe (espíritu dañino) que vivía en las cumbres y bajaba a los valles con el único propósito de robar el muday (chicha de maíz o cebada) a los mapuches, para no perderse en su camino colgaba en las ramas de los árboles pequeñas campanas encendidas con el fuego de los volcanes. En uno de sus tantos intentos, el wekufe fue derrotado por pillanes, quienes lo desterraron para que no causara más daño, desde ese momento los bosques del sur de Chile se encuentran adornados con estas bellas flores.
Durante 1971 el gobierno de Chile declaró al copihue en grave peligro de extinción, debido a la extracción indiscriminada de sus flores y frutos. Es en este mismo año y bajo el decreto 129 del Ministerio de Agricultura que se prohibió el arranque, corte total o parcial, transporte y comercialización de sus plantas y flores, así como su tenencia en lugares de venta o la vía pública. Sin embargo en 1984 se permitió el transporte, tenencia y comercialización de plantas y flores que proviniesen de viveros registrados en el Servicio Agrícola Ganadero (SAG), así como también la comercialización de aquellas flores provenientes de copihueras naturales, siempre y cuando estas se encuentren inscritas en el registro que lleva el SAG, a fin de asegurar la correcta regeneración de la especie.
El copihue es una planta de lento florecimiento, pues desde su nacimiento la enredadera demora cerca de 10 años en dar la primera flor, por lo que debemos cuidar y no cortar las flores que se encuentren en estado salvaje.
Fuente: Travel Houndy
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