La ciudad de Linares se ubica a 57 kms. al sur de Talca y a 39 kms. al norte de Parral, fue fundada en 1794 y es cabeza administrativa como Parroquia San Ambrosio de Linares desde 1796.
En la cuadra poniente de la Plaza de Armas proyectada en la Villa San Ambrosio de Linares, se edificó la iglesia del poblado, en terrenos expropiados a Angela Velásquez, y que más tarde, judicialmente, serían cancelados.
Luego de la fundación de Linares el párroco de Yerbas Buenas, Pablo de la Barra, se trasladó a la villa para iniciar el 5 de noviembre de 1796 su trabajo apostólico en la nueva Parroquia San Ambrosio de Linares.
La iglesia se construyó entre 1796 y 1810, a cargo del Maestro Mayor de Albañilería, Tiburcio Gúmera; y permaneció en pie pese a los constantes terremotos, hasta el sismo de 1928, que obligó a su demolición.
Monseñor Miguel León Prado, primer obispo de la Diócesis (creada el 18 de octubre de 1925), fue el encargado de reunir los fondos para la construcción de una nueva iglesia, esta vez ya declarada como Catedral. Sin embargo, sólo logró poner la primera piedra de ésta el 1 de mayo de 1932, ya que falleció en 1934.
El estilo de la iglesia elegida fue del tipo románico lombardo, inspirada en las construcciones del norte de Italia y de acuerdo al modelo de la Basílica San Ambrosio de Milán.
El principal tesoro y reliquia de la Catedral de Linares es la sepultura con el cuerpo momificado del mártir cristiano San Clemente, hallado en las catacumbas de Roma y que fue donada por el papa Pío XI a fines de 1936, con el fin de incentivar la fe en el pueblo y poco antes de iniciarse la construcción del techo del templo. En septiembre de 1936 llegaron a Valparaíso en el vapor “Orazio” y fueron llevadas a Santiago, permaneciendo en la Casa Matriz de las Hermanas de la Providencia, donde un profesor de la Universidad Católica de Chile ornamentó el cuerpo. El 11 de octubre de ese año fue llevado al Seminario Pontificio donde se celebró una ceremonia con el Arzobispo de Santiago y el Episcopado. El 26 de diciembre de 1936 más de 5.000 personas esperaron al Mártir Romano en la estación de ferrocarriles de San Javier, para en un cortejo encabezado por siete obispos, ser escoltado por 500 huasos a caballo hasta Linares y ser recibido en la iglesia Corazón de María en un ambiente apoteósico, mientras se concluía la construcción de la Catedral.
También existe en la Catedral una cripta en donde se encuentran sepultados los obispos de la Diócesis.
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