En el año 1840, don Francisco Álvarez, comerciante portugués, compra la hacienda Las Siete Hermanas. Su esposa doña Dolores Pérez fue una de las personas que influyó en su compra, pues era una gran aficionada a las plantas e inició la formación del parque.
Dentro de este matrimonio nace el único hijo de la familia, Francisco Salvador Álvarez Pérez, quien apasionado por las travesías del mar, en sus largos viajes, trajo de regalo a su madre especies exóticas para adornar ese gran espacio que bordeaba el Palacio Vergara; obsequios provenientes del oriente como de occidente, una constelación de aves y flores que doña Dolores cuidó y celosamente protegió.
Esto perduró hasta el año 1872, cuando su nieta doña Mercedes Álvarez contrajo matrimonio con José Francisco Vergara, un joven que trabajaba en ese entonces como topógrafo del trazado ferroviario que uniría Valparaíso con Santiago y quien se convierte en dinámico empresario, periodista, político y con el paso del tiempo, el en fundador de la Ciudad de Viña del Mar.
Ya como propietario de las tierras que había heredado de la familia de su señora Mercedes, don José Francisco Vergara convirtió el parque en un centro de reunión para artistas, políticos, empresarios y sobre todo como puntos de llegada para personajes ilustres provenientes del extranjero.
Una de las últimas personas que habitó el palacio señorial y su entorno, fue doña Amalia Errázuriz Vergara.
El 19 de febrero de 1941, la Municipalidad de Viña del Mar, adquiere los derechos de la Quinta Vergara junto con el parque y el palacio, y a contar de ese momento pasaron a dominio público.
Este parque alberga al Museo de Bellas Artes, que reúne una colección original del palacio (actualmente cerrado por remodelación), además de obras aportadas por coleccionistas de Viña del Mar.
En el interior de este recinto se ubica el anfiteatro al aire libre, donde se desarrolla el Festival Internacional de la canción de Viña del Mar.
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